La Doctrina Secreta establece tres proposiciones fundamentales:
UNIDAD
I. Un PRINCIPIO Omnipotente, Eterno, Sin Límites e Inmutable, sobre el cual toda especulación es imposible, porque trasciende el poder de la concepción humana, y sólo podría ser empequeñecido por cualquier expresión o comparación de la inteligencia humana. Está fuera del alcance del pensamiento, y según las palabras del Mándúkya es “inconcebible e inefable.” Para que la generalidad de los lectores perciba más claramente estas ideas, debe comenzar con el postulado de que hay Una Realidad Absoluta anterior a todo Ser manifestado y condicionado. Esta Causa Infinita y Eterna, obscuramente formulada en lo “Inconsciente ” y en lo “Incognoscible” de la filosofía europea corriente, es la Raíz sin Raíz de “todo cuanto fue, es o ha de ser.” Hállase, por lo tanto, desprovista de toda clase de atributos, y permanece esencialmente sin ninguna relación con el Ser manifestado y finito. Es la “Seidad,” más bien que Ser, Sat en sánscrito, y está fuera del alcance de todo pensamiento o especulación.
KARMA Y REENCARNACIÓN
Además, la Doctrina Secreta afirma:
II. La Eternidad del Universo in toto, como plano sin límites; periódicamente “escenario de Universos innumerables, manifestándose y desapareciendo incesantemente,” llamados “las Estrellas que se manifiestan” y las “Chispas de la Eternidad.” “La Eternidad del Peregrino” es como un abrir y cerrar de ojos de la Existencia por Sí Misma”, según dice el Libro de Dzyan. “La aparición y desaparición de Mundos, es como el flujo y el reflujo regular de las mareas.”
Esta segunda aserción de la Doctrina Secreta es la universalidad absoluta de aquella ley de periodicidad, de flujo y reflujo o, de decadencia y crecimiento, que la ciencia física ha observado y consignado en todas las esferas de la Naturaleza. Alternativas tales como Día y Noche, Vida y Muerte, Sueño y Vigilia, son hechos tan comunes, tan perfectamente universales y sin excepción, que será fácil comprender cómo vemos en ellas una de las Leyes absolutamente fundamentales del Universo.
EVOLUCIÓN
Enseña también la Doctrina Secreta:
III. La identidad fundamental de todas las Almas con el Alma Suprema Universal, siendo esta última un aspecto de la Raíz Desconocida; y la peregrinación obligatoria para todas las Almas, destellos suyos, a través del Ciclo de Encarnación, o de Necesidad, conforme a la Ley Cíclica y Kármica, durante todo el término de
aquél. En otras palabras: ningún Buddhi puramente espiritual (Alma Divina) puede tener una existencia consciente independiente, antes que la chispa que brotó de la Esencia pura del Principio Sexto Universal, o sea el ALMA SUPREMA, haya pasado por todas las formas elementales pertenecientes al mundo fenomenal de aquel Manvantara, y adquirido la individualidad, primeramente por impulso natural, y después por los esfuerzos propios conscientemente dirigidos y regulados por su Karma, ascendiendo así por todos los grados de inteligencia desde el Manas inferior hasta el superior; desde el mineral y la planta al Arcángel más santo
(Dhyâni Buddha). La Doctrina fundamental de la Filosofía Esotérica no admite en el hombre ni privilegios, ni dones especiales, salvo aquellos ganados por su propio Ego, por esfuerzo y mérito personales a través de una larga serie de metempsicosis y reencarnaciones. (DEL: PROEMIO, DE LA DOCTRINA SECRETA)